Los minerales y los fósiles han despertado siempre una viva atención por la posibilidad de entender, a través suyo, cómo se originó nuestro planeta y qué sucedió en él hace millones de años. En cuanto a los minerales, su interés se puede centrar en su composición, estructura y utilidad, pero su coleccionismo (búsqueda, identificación, preparación y exposición) constituye una afición de alto valor pedagógico y, también, de disfrute. En estos dos sentidos, el apartado de minerales de este Atlas, resulta sumamente práctico y atractivo.

En cuanto a los fósiles, resulta todavía más fascinante, porque permite reconstruir la flora y la fauna de cientos de millones de años atrás, a menudo de una forma sorprendentemente fiel. Los ejemplares fosilizados nos permiten no sólo saber cómo eran esos seres vivos, sino también cómo han evolucionado a través del tiempo. Aunque algunos fósiles, como los de dinosaurios (huesos, huevos, pisadas, etc.), están reservados a museos y laboratorios paleontológicos, otros mucho más corrientes y fáciles de hallar pueden formar parte de una colección escolar o particular de gran interés y estima.

Este Atlas permite conocer las características básicas de fósiles y minerales, así como poner en práctica unas normas sencillas para su coleccionismo y conservación.